La evolución de MAXIM MACHINES: desde su creación como PALOMAX hasta hoy
En este artículo quiero explicar la historia de MAXIM MACHINES, para ello debo ir a la fecha de creación de PALOMAX (la empresa antecesora) la cual fundé en 1977 con 2 amigos: Rafael Pablo y Pedro Lopez de nuestros nombres surgió la marca: PABLO – LOPEZ – MAXIMO; cumpliendo mi sueño por tener una empresa propia.
Inicié mi trayectoria laboral en Valls (Tarragona) a los 16 años compaginando mis estudios de mecánica con el trabajo en el taller de mantenimiento de la empresa MONIX, donde aprendí mucho dada la calidad de los oficiales que había en plantilla los cuales al ver mi interés e inquietud por la profesión se volcaron en enseñarme desinteresadamente. Al año siguiente me contrataron en MANUSA como oficial donde estuve 1 año y medio trabajando, tuve la oportunidad de fabricar máquinas gracias a la confianza del director Jose María Guilera quien me dio la oportunidad y confianza para trabajar en su equipo. A continuación, me trasladé con la familia a Canovellas (Barcelona) donde empecé a trabajar en CEMEN y a la edad de 20 años me subieron la categoría a Oficial de 1º ejerciendo en ocasiones la posición de responsable de taller dadas mis capacidades y conocimientos. Mientras trabajaba allí me contactaron de TALLERES MARTINEZ para hacer horas como externo después de mi jornada laboral, fue aquí donde conocí a Rafa y Pedro con los cuales pasado unos 2 años decidimos fundar PALOMAX. El primer cliente de la empresa fue Prensoland, con el cual actualmente continuamos trabajando después de 47 años. En 2009 Rafael dejo de formar parte de la empresa, y en 2014 Pedro me ofreció la venta de su parte del negocio continuando en plantilla como operario; condición que acepté al ser una persona leal y trabajadora. Agradezco los años que estuvimos los tres juntos, pues sobre todo los inicios son los más duros. De este modo me quedé como único propietario y pude cumplir el objetivo en mi mida: liderar una empresa y que esta llevara mi nombre, así nació MÀXIM MACHINES.
Mi forma de ver el mundo empresarial es distinta, no me considero un jefe en el sentido estricto de la palabra pues mi afán es mantener una buena relación con el personal como compañeros; lógicamente debe haber un equilibrio entre la relación y la buena dirección de la empresa, pero considero a mi equipo como una familia. Siempre presumo de haber liderado ambas empresas con el acierto suficiente como para haber aguantado las diferentes crisis sin tener que cerrar el negocio. Creo que siempre me ha ayudado mi visión positiva, pensar que con confianza y empeño se superan las dificultades, aunque la vida no te lo ponga fácil. Yo siempre he sido la cara visible de la empresa ante los clientes y estos han confiado siempre en mí, pues saben que nunca les he fallado y siempre respondo rápido con soluciones.
Este modo de trabajar actualmente está cambiando con la llegada de las nuevas generaciones en puestos directivos e ingenieros; pues si bien antes se valoraba la experiencia y bagaje de las personas en el sector y se pedían consejos u opiniones puesto que el papel lo aguanta todo, pero en producción la cosa cambia, ahora no se tienen en cuenta la aportación de las personas de taller … ¡sumo error! Puesto que veo cosas que me hacen llevar las manos a la cabeza y me cuesta lidiar con estas posiciones, por eso en 2020 pasó a formar parte de MAXIM MACHINES mi mano derecha, Judith Benet, la cual me ayuda a entender el cambio generacional y las distintas formas de trabajar en los tiempos actuales. Con ella y mis ganas de continuar trabajando en este proyecto confío dar un salto adelante con solidez para afrontar las nuevas etapas de la empresa y, como siempre, apostando por las personas que forman parte del equipo de producción que para mí son mi prioridad.
Máximo Pedraza
Inicié mi trayectoria laboral en Valls (Tarragona) a los 16 años compaginando mis estudios de mecánica con el trabajo en el taller de mantenimiento de la empresa MONIX, donde aprendí mucho dada la calidad de los oficiales que había en plantilla los cuales al ver mi interés e inquietud por la profesión se volcaron en enseñarme desinteresadamente. Al año siguiente me contrataron en MANUSA como oficial donde estuve 1 año y medio trabajando, tuve la oportunidad de fabricar máquinas gracias a la confianza del director Jose María Guilera quien me dio la oportunidad y confianza para trabajar en su equipo. A continuación, me trasladé con la familia a Canovellas (Barcelona) donde empecé a trabajar en CEMEN y a la edad de 20 años me subieron la categoría a Oficial de 1º ejerciendo en ocasiones la posición de responsable de taller dadas mis capacidades y conocimientos. Mientras trabajaba allí me contactaron de TALLERES MARTINEZ para hacer horas como externo después de mi jornada laboral, fue aquí donde conocí a Rafa y Pedro con los cuales pasado unos 2 años decidimos fundar PALOMAX. El primer cliente de la empresa fue Prensoland, con el cual actualmente continuamos trabajando después de 47 años. En 2009 Rafael dejo de formar parte de la empresa, y en 2014 Pedro me ofreció la venta de su parte del negocio continuando en plantilla como operario; condición que acepté al ser una persona leal y trabajadora. Agradezco los años que estuvimos los tres juntos, pues sobre todo los inicios son los más duros. De este modo me quedé como único propietario y pude cumplir el objetivo en mi mida: liderar una empresa y que esta llevara mi nombre, así nació MÀXIM MACHINES.
Mi forma de ver el mundo empresarial es distinta, no me considero un jefe en el sentido estricto de la palabra pues mi afán es mantener una buena relación con el personal como compañeros; lógicamente debe haber un equilibrio entre la relación y la buena dirección de la empresa, pero considero a mi equipo como una familia. Siempre presumo de haber liderado ambas empresas con el acierto suficiente como para haber aguantado las diferentes crisis sin tener que cerrar el negocio. Creo que siempre me ha ayudado mi visión positiva, pensar que con confianza y empeño se superan las dificultades, aunque la vida no te lo ponga fácil. Yo siempre he sido la cara visible de la empresa ante los clientes y estos han confiado siempre en mí, pues saben que nunca les he fallado y siempre respondo rápido con soluciones.
Este modo de trabajar actualmente está cambiando con la llegada de las nuevas generaciones en puestos directivos e ingenieros; pues si bien antes se valoraba la experiencia y bagaje de las personas en el sector y se pedían consejos u opiniones puesto que el papel lo aguanta todo, pero en producción la cosa cambia, ahora no se tienen en cuenta la aportación de las personas de taller … ¡sumo error! Puesto que veo cosas que me hacen llevar las manos a la cabeza y me cuesta lidiar con estas posiciones, por eso en 2020 pasó a formar parte de MAXIM MACHINES mi mano derecha, Judith Benet, la cual me ayuda a entender el cambio generacional y las distintas formas de trabajar en los tiempos actuales. Con ella y mis ganas de continuar trabajando en este proyecto confío dar un salto adelante con solidez para afrontar las nuevas etapas de la empresa y, como siempre, apostando por las personas que forman parte del equipo de producción que para mí son mi prioridad.
Máximo Pedraza